Estábamos en la hora de recreo.
Como es mi costumbre, sentada en la galería, tratando de cumplir con mis obligaciones de dirección en cuanto a lo que es papelería.
De pronto, miro hacia donde estaban los chiquitos del jardín. Se me erizó la piel cuando a vi a las nenas jugando con la muñeca una y otra barriendo.
Son niñas que en sus hogares no tienen estos juguetes. Es lindo verlas disfrutar.
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